#ElPerúQueQueremos

Aire Casi Irrespirable

Publicado: 2012-01-17

Sin hacer casos a dolores, creyendo ser pasajeros, sigo el rumbo de vida: Trabajar, molestar y dormir.

Estamos cerca de año nuevo, no puedo enfermarme, pues los planes hacen bailar mi cabeza, y el olor del cigarro relaja a mis penas. Diríamos que pasó, y los primeros días de enero este dolor sigue, sin importancia sigo en lo mío.

Segundo martes del año, la alarma del celular suena, como siempre 4 y 30 de la madrugada para ir a laburar, automáticamente mi cerebro despierta a mi cuerpo, inconciente  aún intento ponerme de pie, sin conseguirlo. Mi cuerpo viene en si, por un fuerte dolor que castiga mi cuerpo como fierro caliente al tirar.

Que ocurre, atemorizado, de  a pocos pude dejar la cama, no pudiendo respirar fuerte, al sentir dentro de mi que algo reventaría, con miedos aún, fui dándome fuerzas.

Decido a dejar a tras lo ocurrido, me alisto para trabajar, sin antes decir a la mamá gallina, que me siento remal. Sin sonrisa, sin palabreo espero que llegue la salida de esta oficina que me mata de angustia, y encierra mis ganas de saber que ocurre dentro de mí.

Para el colmo, los movimientos del carro golpean mi espalda como azotes romanos y el tiempo vuelve desiertos las avenidas, pues mamá gallina esperaba a su polluelo, ósea yo, en el doctor, preocupada  y asustada ella, decidió que hagamos un chequeo para despistar, algo que me pueda matar y llevar mas rápido que ella al mundo del más allá.

Con la música que llevaba reventando en mis oídos, que hacia olvidar ese dolor, llegue a doctorcito: Rápidamente una placa a la espalda. A estudiarla. Todo pasaba rápida, yo preguntada ¿Qué pasa?

La historia continua, pero esto sirve como reflexión que las cosas malas ocurren, que sin tener cuidado deje que un virus ingrese a mi cuerpo y me cause este dolor. Estoy mejor. Recuperándome.

Mama gallina, gracias por se la reina de mis sueños encantándoos, por correr detrás de mi cuando ves que voy a caer, por proteger cada caminos por donde iré y por ser quien cura mis heridas cuando vuelvo a casa desangrando sin parar.

Tú, sin verte y sin saber siempre estuviste detrás de mí, guiando mis pasos de lejos y a la guardia para volver cuando caiga, cogerme de las manos y evitar que caída en un poso hondo sin fin.

Seguiré volando por nuevos senderos sin conquistar, pero esta vez con calma y cogido de tu mano.


Escrito por

elweveo

No hay tiempo para nada, solo para dormir e ir corriendo al baño hacer lo que nadie puede por ti. Sayando voy por esta calle oscura que mi vida en este momento atraviesa. Sin mentir: Tengo miedo, segunda ves en esta mala vida que ese nerviosismo corre por mi


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El WeVeo

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